DESCENSO MORAL DE UN PUEBLO.

Dice Emerson que el signo más típico del descenso moral de un pueblo es la ausencia de grandes caracteres, de personalidades vigorosas, de hombres que irradian un pensamiento iluminador o sustentan con heroísmo cívico grandes ideales de enaltecimiento humano. En esa tranquilidad de estanque, las fuerzas de progreso social se entorpecen o paralizan; ningún estimulo reciben de la sociedad los que piensan, los que renuevan, los que crean, los que empujan el conjunto hacia un porvenir mejor.

Creía que la primera preocupación del hombre debía ser redimirse de la miseria, que solo enseña a mentir y a adular; libertarse económicamente por el trabajo, bastándose a si mismo, sin esperar favores ni beneficios del Estado, parecíale la base misma de la moralidad individual; y en la incapacidad de bastarse con su propio trabajo veía la causa de la degeneración, moral como esos animales que por vivir parasitariamente de un huésped acaban por perder los órganos más nobles de su autonomía personal.

La independencia económica seria inútil, sin embargo, para seres que no tuviesen capacidad para pensar y actuar con independencia moral. Por eso, la cultura deberá primar sobre la riqueza, que solo puede ser un instrumento y nunca un fin en sí misma.

[JOSE INGENIEROS. "HACIA UNA MORAL SIN DOGMAS"]