JUAN BAUTISTA ALBERDI. Algunas curiosidades.

"La omnipotencia del Estado es la negacion de la libertad individual". Este es el título del discurso del prócer, del 24 de mayo de 1880, en oportunidad en que luego de largas cavilaciones, un exilio de 41 años, embozada persecución de parte de los sicarios de Rosas (algunos autores desmienten esto último) y varias voces en contra, la Facultad de Derecho le reconoció ser uno de sus hijos intelectuales. Debido a su precario estado de salud, no pudo leer ese discurso, haciéndolo en su lugar el laureado Enrique García Merou.

Este trabajo fue calificado por Rojas, por razón de su asunto, como el testamento filosófico de Alberdi.

Alberdi fue tan genial como indisciplinado e inconstante en sus estudios elementales y universitarios. Falto de recursos, debió ejercer el comercio para retomarlos, sumado a un estado de salud poco promisorio.

Alberdi no fue abogado en su patria pero si se graduó en Santiago de Chile y Montevideo, circunstancia ésta que le valió varios ataques de su enemigo intelectual, Sarmiento, quien lo tildara de abogado ambo y peregrino, por esta misma razón.

También su genio singular, le permitía tener varias contradicciones en el discurso, más no en el fin último de su misión patriótica. Como dijo en su cuarta carta quillotana, " había pasado a suelo extranjero para no sufrir la tiranía rosista". Pero fíjese que el mismo Alberdi en su tercera carta quillotana, expresa bien el parecer de la juventud de ese entonces, cuando en 1837 se consideraba como algo normal y hasta providencial el creciente ascenso de Rosas, pues para la gente común, el Restaurador de la Leyes como se lo conoció a este último, se perfilaba como el hombre adecuado a la situación para poner orden a la demagogia caudillista reinante con el objeto de permitir la organización de la constitución del país.

Ante la evolución de los sucesos públicos los logistas que integraban la "Asociación de la joven generación argentina de 1837" comprendieron que el gobierno de Rosas evolucionaba del personalismo providencial a la dictadura irresponsable por lo cual juzgaron conveniente su dispersión a la espera de mejores tiempos y así Sastre y Echeverría se refugiaron en la campaña bonaerense. Al punto que hacia 1838 la existencia en Buenos Aires se torno insoportable especialmente para los jóvenes que no habían seguido al Restaurador de las Leyes en su evolución hacia la dictadura con los tintes sangrientos que habían preanunciado el inicuo fusilamiento de los oficiales tomados prisioneros al ejercito de Paz.

El local del salón literario de Marcos Sastre, de donde emergió "la joven generación argentina", transformada luego en Montevideo en la "Asociación de Mayo", produjo el famoso Código o declaración de principios que constituyen la creencia social de la Republica Argentina, mas tarde conocido bajo la denominación Dogma socialista de la Asociación de Mayo, fue vejado por una serie de medidas policiales, por lo cual hubo de procederse a su cierre en mayo de 1838.

Como en ese entonces Montevideo era considerado como “… asilo seguro al pensamiento liberal proscripto de Buenos Aires” – según afirmaba Echeverría- fue dispuesto por los logistas de la Asociación fuera impreso, para su mejor difusión, en Montevideo, a cuyo efecto se encomendó la gestión del caso a Alberdi.

De acuerdo con esta determinación Alberdi dispuso a fines de noviembre de 1838 pedir un pasaporte y tomar el triste camino de los proscriptos para recién regresar a la patria en 1879, con motivo de haber sido electo diputado por la provincia de Tucumán el 24 de febrero de 1878.

Es de creer que no pequeño influjo ejercía en el ánimo de Alberdi el ofrecimiento que le hiciera su gran amigo Miguel Cané, invitándolo a colaborar, conjuntamente con Andrés Lamas, en la redacción de El Nacional.

Con la emigración de Alberdi a Montevideo culmina el éxodo de la juventud unitaria desafecta a Rosas. Alberdi en ese instante solemne de su vida compuso, al decir de Pelliza, una página musical titulada La ultima ausencia de Buenos Aires.

Alberdi, no solo compuso música sino también creó una revista de modas que ocupaba parte de su tiempo.

Alberdi, periodista y abogado de garra, no podía permanecer en Buenos Aires, en donde la Prensa independiente había desaparecido, por serle imposible seguir exponiendo el nuevo criterio que tenia con respecto a la política de Rosas, por lo cual hubo de ir en demanda de un ambiente mas propicio de acuerdo con lo que diría mas tarde al consignar estas sentencias y verídicas palabras “…Sud-América, cada republica tiene su tribuna política y literaria, en la Republica vecina”.

La actuación de Alberdi como abogado en Montevideo fue breve pero intensa, aunque no de la magnitud de la tarea profesional que desarrollaría mas tarde en Chile.

Ya el Alberdi jurista, y con un acentuado liberalismo al estilo francés, manifiesta: “No tiene el Estado más acción sobre el individuo que hasta la justa compensación de los servicios que le debe; mas adelante el Estado es tan criminal, en sus avances, como cualquier otro delincuente”.

La forma democrática, escribía en su Fragmento, es la condición futura de los pueblos.

Si bien, en su vejez se retracto un poco de su hispanofobia, para Alberdi “A la España le debemos cadenas, a la Francia libertades”, por lo cual sostiene que nuestras instituciones democráticas son de origen francés.

Su obra “Fragmento Preliminar al Estudio Del Derecho” está considerada como el primer tratado de enciclopedia jurídica escrito en América del Sur. [Jorge Cabral Texo. Noticia Preliminar en el Fragmento. Buenos Aires 1942]